El kickboxing es una disciplina de artes marciales relativamente joven que ganó popularidad en los años 80 y 90 gracias a las películas de Hollywood protagonizadas por Bruce Lee y Jean-Claude Van Damme. Desde entonces el kickboxing adquirió una gran audiencia de aficionados y deportistas: han aparecido torneos y promociones, las estrellas del kickboxing comenzaron a aparecer más a menudo en las pantallas, y por hoy los elementos del kickboxing están en el arsenal de cada luchador de artes marciales mixtas.
Cada entrenador tiene su propia metodología, pero se pueden destacar algunas reglas generales, que se inculcan desde el primer entrenamiento.
Mantén las manos en alto. Cuando te colocas en una postura, ambos antebrazos están delante de tu cara, protegiéndola de los golpes. En cuanto bajes las manos y te olvides de protegerte, te «pegarán» y es probable que la pelea termine. Es bueno que a estas alturas sigas consciente. Mantener las manos frente a ti todo el tiempo es difícil, pero te acostumbrarás a hacerlo.
Muévete durante el combate. En posición estática tu potencial de lucha es más o menos el mismo que el de un maniquí. Un movimiento adecuado no sólo te protege, sino que también te permite contraatacar, dificultando la tarea de tu oponente. Y después de una serie de golpes no debes quedarte parado, sino seguir moviéndote.
No cierre los ojos. Esta es una reacción natural del cuerpo a la embestida del oponente y el error más común de todos los principiantes. Al cerrar los ojos, dejas de ver las acciones de tu oponente. Con el tiempo este miedo se atrofiará, pero hay que trabajarlo en el sparring.
No tengas miedo de perder un golpe. Trabajar en un «saco de boxeo» o en las «patas» es ciertamente más seguro, pero de esta manera es poco probable que experimentes el kickboxing de verdad. El miedo a los golpes desaparece tras cientos de sesiones de sparring en el gimnasio, y por eso los principiantes empiezan a trabajar en contacto parcial, con cascos y guantes.
5 espectaculares movimientos de kickboxing al alcance del principiante
Jab
Todo el mundo empieza con esta técnica, y también es común en el boxeo. Un jab es un golpe directo a la cabeza. Se aplica desde una postura de lucha con el puño adelantado hacia delante, con el cuerpo girando ligeramente con el brazo que vuela. Durante el movimiento de avance del puño, el codo se endereza y el hombro se eleva, lo que proporciona una protección adicional a la barbilla.
Para que el golpe sea más fuerte, hay que dar un paso adelante. Con el jab no sólo golpeas, sino que también exploras a tu oponente y evitas que acorte su distancia.
Patada baja
La patada más popular del kickboxing es la patada baja o la patada en la parte inferior del cuerpo (muslo o espinilla). Debe dirigirse a la mitad del muslo de la pierna del oponente más cercana a ti. La mejor manera de hacer la patada baja no es con el pie sino con la parte inferior de la espinilla. Necesitarás impulso para la patada, es decir, una rotación de balanceo. Primero da un paso con el pie de apoyo y gira el pie ligeramente en la dirección de la patada, luego da una patada con el segundo pie y en el momento del balanceo gira el cuerpo para obtener más potencia.
Patada frontal
Esta patada puede utilizarse no sólo para iniciar tu ataque, sino también para detener la embestida de tu oponente. La patada frontal es una patada directa. Requiere que se desplace el peso a la pierna de apoyo y se levante la pierna que da la patada con la rodilla doblada. Entonces es necesario lanzar la pierna bruscamente en dirección al cuerpo del adversario. Para el equilibrio, la pierna de apoyo debe estar ligeramente doblada en la rodilla y ligeramente desviada hacia atrás. La patada se realiza con la punta del pie, por lo que su fuerza se concentra en un punto, no en todo el pie. Los dedos del pie del pateador deben ser apretados.
Patada lateral
Al igual que la patada frontal, es ideal para un contragolpe. La patada lateral se aplica de forma lateral, con el exterior del pie. Los principiantes pueden querer empezar con una patada al cuerpo, mientras que los luchadores más versátiles pueden tomar una patada a la cabeza. Para realizar correctamente el golpe hay que empujar bruscamente con la pierna que patea y cambiar el peso a la pierna de apoyo, luego levantar la pierna con la rodilla doblada y lanzarla bruscamente hacia el cuerpo del oponente. El cuerpo gira en la dirección de la patada y se inclina ligeramente hacia atrás para mantener el equilibrio.
Patada redonda
Una patada redonda es una patada circular. Se utiliza a media y larga distancia, normalmente el objetivo es la cabeza o el cuerpo. Para dar una patada, hay que trasladar el peso a la pierna de apoyo y la segunda pierna debe estar levantada y doblada por la rodilla. Desde la posición de la rodilla levantada, la pierna delantera comienza a enderezarse y la propia rodilla gira hacia el interior, llevando la espinilla hacia el lado en un movimiento circular. El pie de la pierna que patea se adelanta con la punta del pie. La patada se da con la parte superior del pie. Al enderezar la pierna, la pelvis se empuja hacia delante, lo que da mayor longitud, altura y potencia a la patada. El cuerpo puede estar ligeramente inclinado hacia un lado.
Cada patada debe ser bien practicada individualmente antes de incorporarla a su serie o combinación. Lo mejor es empezar por lo básico, especialmente los brazos y la defensa, trabajando al mismo tiempo los estiramientos y la flexibilidad muscular. Y sólo después de eso puedes usar tus piernas.