Trauma

Primeros auxilios para las lesiones deportivas

Es un axioma bien conocido que en el deporte no siempre se puede prescindir de las lesiones. Sucede que cuanto más activa es una persona y mayor es el esfuerzo que realiza, mayor es el riesgo que presenta. Muchos deportes, como el patinaje artístico, enseñan incluso a caer correctamente para reducir la probabilidad de lesiones al caer. Sin embargo, ¿qué debe hacer si se lesiona gravemente mientras hace deporte? Tratemos de entenderlo y de averiguar cómo prestar primeros auxilios a las lesiones más comunes.

Los esguinces son bastante comunes en el mundo del deporte. Esto ocurre cuando los ligamentos que conectan los huesos se dañan debido a una contusión o a un movimiento torpe. Se forma una hinchazón alrededor de la zona lesionada y, al cabo de un rato, un dolor agudo. Lo primero que hay que hacer es mantener algo frío, como un paño húmedo, cerca de la zona lesionada. Para aliviar el dolor, hay que vendar la articulación lesionada con mucha fuerza. Una vez hecho esto, hay que llevar inmediatamente al herido a un centro de salud donde se le dará un tratamiento experto.

No es infrecuente que los movimientos bruscos provoquen dislocaciones, en cuyo caso la cabeza de la articulación se saldrá de la cavidad articular. Ni siquiera debe intentar empujar la articulación hacia dentro, ya que esto podría empeorar la situación. Se debe proceder de la misma manera que se ha descrito anteriormente, es decir, aplicar un paño frío en la zona lesionada, vendarla firmemente y llevar a la víctima al hospital.

Aunque los huesos humanos tienen una mayor reserva de resistencia, se producen fracturas. Esto ocurre principalmente cuando la dirección de la fuerza de impacto es transversal a la dirección de los ligamentos óseos. Los huesos de las extremidades son los más susceptibles de sufrir fracturas. En caso de fractura, no se debe intentar mover a la persona por sí misma sin los primeros auxilios adecuados.

Una fractura se distingue por la aparición de un movimiento anormal del hueso, un acortamiento general de los huesos, una hinchazón y la aparición de sangre. Si la fractura es abierta, el propio hueso, sus extremos afilados y las irregularidades características de la zona fracturada serán visibles. Se puede oír un crujido incluso con una presión mínima. La víctima experimenta un dolor agudo, que aumenta con cada movimiento. El miembro no puede realizar sus funciones naturales. También conviene recordar que las fracturas abiertas son extremadamente peligrosas y pueden provocar infecciones.

Los primeros auxilios para una fractura deben comenzar por prevenir cualquier situación que ponga en peligro la vida. Detener la hemorragia arterial y prevenir el shock traumático. Cubrir las heridas con un apósito e inmovilizar el miembro por completo. Esto puede hacerse con una férula o material, como una tabla, pero si no hay nada disponible, se pueden aplicar vendas a una parte sana del cuerpo: si el brazo está lesionado, al torso; si la pierna está lesionada, a la otra pierna. No intente devolver los huesos lesionados a su posición y ponerlos de nuevo en la herida, esto sólo puede empeorar una situación ya mala. Además, no intente quitarle la ropa al herido, ya que se cortará si es necesario. Recuerda que la salud y la vida de una persona son mucho más importantes que el valor de cualquier artículo. La férula debe fijarse dos articulaciones por encima y por debajo del lugar de la fractura, respectivamente. Para reducir el dolor de la presión, la férula debe envolverse con un vendaje y se debe colocar algodón en las proyecciones.

En el caso de las fracturas de cráneo, la víctima suele estar inconsciente. Hay una alta probabilidad de que el cerebro haya sido dañado y, por lo tanto, todo el transporte debe hacerse con extrema precaución. La persona será colocada en una camilla con el estómago hacia abajo y un paño suave bajo la cara.

Si la clavícula está fracturada, se deben colocar anillos de gasa de algodón sobre los hombros y conectarlos a la espalda. El brazo debe estar suspendido de una cinta para la cabeza. Si se sospecha de una dislocación ósea, se debe prescindir de los anillos y asegurar el brazo al cuerpo con un vendaje. La víctima sólo debe ser transportada en posición sentada. Incluso una ligera inclinación hacia delante puede causar dolor.

Las fracturas de costillas son especialmente peligrosas porque las costillas rotas y afiladas pueden dañar los pulmones. El paciente debe intentar sacar todo el aire posible de los pulmones y hacer respiraciones poco profundas. En esta posición, se le vendará el pecho con un paño estéril en caso de fractura abierta.

La lesión más grave y temible es la fractura de la columna vertebral. En este caso, cada movimiento inseguro puede costar la vida de una persona, por lo que es aconsejable no molestar a la víctima y llamar a una ambulancia lo antes posible.